Contrarreloj
Deberíamos tener presente, que todo acaba. Los buenos momentos, también los malos. Deberíamos tener en cuenta que vivimos de recuerdos, y hay que cuidarlos. Nos quejamos y lloramos a la almohada lo que nos duele, lo que nos quema, pero no hay almohada que consuele como el tiempo. Porque todo: se acaba. Y dejará de quemar, de doler, de pesar.
Deberíamos agradecer nuestras sonrisas, los buenos días que
hacen días buenos. La verdad, parece que no lo hacemos. Y es que, esto: también
se acaba. No para siempre, no va a malas, pero se acaba. Vendrá una nube que te
tape el Sol, y vendrá el viento para llevársela. Por eso, hay que agradecer a ese Sol que
nos hace brillar, y al viento que nos permite volar.
Deberíamos, no sé... disfrutar, de cada risa, porque tu boca
se va a cerrar. Deberíamos dejar a la almohada que llore sola, y pedirle a la báscula
que pese el valor de cada abrazo. Y abrazarlo, cada día, un poco más. Porque el
tiempo: lo cura todo.
Comentarios
Publicar un comentario