Gobierno del alma

 


Me dejo dominar por la importancia de lo que llamo “sentimientos” y así me va, que yo, como autora de mis hechos y gobernante de mis “sentimientos”, le he dado el papel más alto en la jerarquía de mi vida al arma que me apunta día tras día.

Os preguntareis, si tan gobernanta eres, ¿no podrías sustituirlo por un suspiro que te regalase aire lo suficientemente fuerte como para apartar una posible bala? Pero, sin embargo, sigue existiendo en mí una especie de tendencia a la muerte que no me deja olvidar que estoy viva.

Me hace daño lo que mas me gusta, pero me gusta de tal manera que sigo permitiendo que me haga daño. Y fijaos, que no hace falta un rival que domine mi vida, y me haga sentir victima de ella. Son mis sentimientos, que me guían todos los días, los que me apuntan de manera suicida.

No soy una pobrecita ni una debilucha, soy yo y mis ataduras las que decidimos, juntas, cómo sentir. A veces me destruye mentalmente pero nunca he dejado de ser el sujeto de mis pensamientos, y eso, hace que nunca haya perdido la ilusión por verme crecer como decido hacerlo.

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